1 de mayo de 2007

Noches de novela.

Petrificado en su sucio rincón, permanecía en silencio; en la aparente tranquilidad, naufragando entre tormentas internas. Rincón manchado de desamor, donde nació todo lo que en ese mismo instante iba muriendo. Las ilusiones, las esperanzas, las ganas de vivir… Miró el reloj una vez más, las 2:34 a.m. Curioso… no hace muchos años estar despierto a esa hora sería algo especial, divertido, fuera de lo común. Pero ahora aborrecía todo lo que le rodeaba, estaba cansado de todo y no encontraba ningún motivo para sentirse bien. Quien fuera niño eternamente para no descubrir nunca toda la mierda que te puede echar encima la vida.

La Muerte es una puta vestida de negro, que te ofrece sexo gratis. Primero la decencia y el miedo superan la atracción por ella, pero una vez abres los ojos y ves todo lo que te ofrece, o según como se mire todo lo que te quita, te planteas seriamente si realmente es tan malo echarle un polvo.

Ahí estaba ella. Era imposible saber con exactitud cuándo había llegado, pues es silenciosa y sutil como un beso de buenas noches. Y permanecía sentada en la cama, mirándole con donde quizá alguna vez hubo ojos, inexpresiva, paciente.

-¿No tendrás un rubio por casualidad?
Rompió el silencio ella. Él, lejos de sorprenderse pues ya estaba curado de espantos dijo:
-Sí, claro… aunque me quedan pocos. – Hizo una especie de amago instintivo al alcanzarle el paquete.
-No te preocupes. Tampoco vas a terminarlo.
-Si es así… - Terminó de alcanzárselo, y La Muerte se sirvió.

A cualquier ser humano le hubiera sorprendido ver cómo un esqueleto enfundado en un manto negro, sosteniendo siempre una guadaña afilada, echaba humo por todas partes, pero a él ya no. Podría montarse en un dragón rojo y sobrevolar un mar de lava y seguiría tan tranquilo; como quien contemplando una puesta de sol, comprueba lejos de sorprenderse que el astro termina por esconderse.

-¿Has pensado ya cómo lo vas a hacer? – Preguntó mientras apagaba el cigarro en la cuenca de sus ojos.
-¿Tienes que hacer eso?
-Ventajas de no tener globo ocular, chico. Ni te imaginas las fiestas que he animado con eso. ¿Y bien? – Inquirió la dama negra.
-Lo deberías saber, ¿no?
-Claro, pero es para matar el tiempo. – Si hubiera poseído músculos faciales, se habría podido apreciar una sonrisa irónica en su rostro.
-Que apropiado, matar se te da bien.
-No lo dudes chico…
-Había pensado en colgarme, o en atarme una piedra pesada al tobillo y echarme a la mar. – dijo él retomando el tema.
-Si te hubieran dado la posibilidad de elegir cómo nacer, al igual que de morir, hubieras nacido por el culo. ¿No se te ocurre nada mejor?
-¿No tienes mucho carácter para ser La Muerte?
-¿Y quién dice que no puedo tenerlo? – Se molestó y sujetó con fuerza su guadaña, emitiendo un sonido parecido al de la cáscara de un caracol aplastándose...
Quién fuera recuerdo para recordar qué pasó despues...

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